¡El camionero se venga dulcemente de la mujer rica que le bloqueó el camino!

Después de apresurarse a entregar su pedido, David comprobó de inmediato el número de matrícula en su ordenador portátil. Se sintió aliviado al saber que el coche estaba registrado en la misma ciudad donde él estaba. Tenía la esperanza de que la mujer hubiera conducido en la misma dirección que él, ya que le facilitaría localizarla y buscar venganza.

David estaba decidido a averiguar quién era esta mujer y hacerle pagar por las molestias que le había causado. Era como un depredador en la caza, impulsado por objetivo único. No había manera de que esta mujer se saliera con la suya con lo que había hecho. David se aseguraría de darle una lección.