Un serio giro
Los Smith comenzaron su día como cualquier otro: con un largo y relajante paseo con Kyle. Poco después de haber llegado a un bosque cercano, dejaron que Kyle corriera libremente. Mientras hacían sus rondas normales, Kyle de repente corrió en otra dirección. El perro ladró a sus dueños como si quisiera que lo siguieran. Ese fue el momento en que quedó claro para los Smith que algo andaba mal.
Kyle se había acostumbrado a su nueva vida lejos de la gran ciudad ocupada. Tenía mucha más libertad aquí. Los paseos fueron definitivamente la mejor parte. Parecía haber dejado atrás el estrés de su trabajo de detective… hasta que descubrió un olor alarmante. En un abrir y cerrar de ojos, el despreocupado Kyle volvió a ser tan serio como antes.