Consolador
El chico se mordió el labio tembloroso. Se notaba que había pasado por algo. Margaret tenía mucha curiosidad por saber por qué el niño había estado descalzo en la parada del autobús. Se inclinó un poco más hacia él y le puso una mano en el hombro. «¿Puedo ayudarte con algo, chico?», susurró tranquilizadoramente.
El chico sabía que estaba a salvo con Margaret. Decidió compartir su historia con ella.