La pregunta
Puede que Margaret no tenga hijos propios, pero era muy buena con los niños. Podía ver que este chico necesitaba ayuda y tranquilidad. Entonces, hizo la pregunta con una voz llena de lástima. El niño tragó saliva un par de veces, pero pareció sentirse un poco más cómodo después.
¡La respuesta no fue la que Margaret esperaba!