Pasó los siguientes días preparándose para su partida, despidiéndose de la serpiente que se había convertido en una parte tan importante de su vida. Entonces, una mañana, había llegado el día que había estado temiendo. Cuando los rescatistas llegaron para llevarse a Reggie, Cassandra luchó por contener las lágrimas. Acarició las escamas de Reggie por última vez, susurrando sus despedidas.
Mientras lo cargaban en su camioneta, no pudo evitar preguntarse si Reggie entendía el amor que compartían y el peligro que él representaba. Fue un momento agridulce cuando lo vio alejarse. Aunque dolía, ella sabía que era lo mejor.