¡Increíble Traición! ¡Cámaras ocultas revelan quién es realmente!
«No puede ser…». El corazón de Heather latía con fuerza mientras miraba con los ojos muy abiertos la grabación de seguridad. No podía ser real. La mujer de la pantalla, en la que había confiado durante años, era una completa desconocida. Había desaparecido la persona cálida y cariñosa de la Jackie que creía conocer. En su lugar había una mujer fría y calculadora que a Heather le producía escalofríos.
Rebobinó la cinta una y otra vez, desesperada por encontrarle sentido. Pero cuanto más miraba, más se inquietaba. Pequeñas cosas que había descartado ahora tenían todo el sentido del mundo: un medallón extraviado, miradas extrañas y persistentes en fotos familiares. ¿Cómo había podido estar tan ciega? ¿Qué más había estado ocultando Jackie todo este tiempo tras su fachada?
«Dios mío», murmuró Heather, con el pulso acelerado. «¿Quién eres?». La revelación hizo añicos su realidad. Volvió a rebobinar, desesperada por encontrar una explicación, pero la persona que aparecía en la pantalla no era la que había contratado años atrás. A Heather se le heló la sangre cuando le vinieron a la mente imágenes de actos atroces. Lo sabía; en el fondo, conocía la terrible verdad. «Esto no puede ser…».
Mirando fijamente la grabación de la cámara, la mente de Heather se remontó al día en que conoció a Jackie. Ella y Sam habían sido padres primerizos, disfrutando de la alegría de su primogénito. Anhelaban pasar cada momento con su pequeño, olvidándose de las tareas domésticas. Ambos disfrutaban de una exitosa carrera profesional y decidieron buscar ayuda para mantener su hogar en orden.
Fueron sus vecinos ancianos de confianza quienes les recomendaron a Jackie. Cuando Heather le abrió la puerta por primera vez, la calidez y amabilidad de Jackie se hicieron patentes de inmediato. «Prometo cuidar de su casa como si fuera la mía», le dijo Jackie, con unos ojos que irradiaban sinceridad. En ese momento, Heather sintió una profunda confianza, convencida de que había encontrado a la persona perfecta para formar parte de la vida cotidiana de su familia.
Con los años, Jackie se había convertido en algo más que su ama de llaves a los ojos de Heather y Sam. Para ellos era casi como de la familia. Jackie no se limitaba a limpiar; también cocinaba comidas increíbles y cuidaba de su hijo con un toque maternal. Heather siempre pensó que conocía muy bien el lado amable y trabajador de Jackie.
Heather no estaba ciega. Sabía que los amigos de Sam hablaban a menudo de lo guapa que era Jackie. Y aunque reconocía el atractivo de Jackie, su confianza en Sam era inquebrantable. Heather creía que Sam había contratado a Jackie por sus habilidades, no por su aspecto. Heather siempre pensó que las cosas buenas que decía de Jackie eran por su trabajo, nada más.