Priscilla se llevó con orgullo el objeto a casa. Estaba muy feliz de haberlo conseguido por tan buen precio. Pero una vez que llegó a casa, rápidamente se dio cuenta de por qué el antiguo dueño se había deshecho de él. Lo colgó sobre el fregadero de la cocina. Un lugar del que más tarde se arrepentiría una vez que se diera cuenta de lo que era.
¿Por qué? Lo averiguarás en la página siguiente.