El documento de aspecto importante resultó ser el testamento de Mia. Declaró que Scott era el heredero oficial de todas las posesiones de Mia. No trajo a su mejor amiga de regreso y fue un poco de consuelo, pero estaba infinitamente agradecido con ella. Fue en esta casa donde Scott, con la ayuda de Mia, había redescubierto su fe en sí mismo. Aquí había recuperado el placer de la vida. ¡Y ahora era suya!
Pero un día, mientras limpiaba el jardín, sonó el teléfono. Y esta no fue una llamada ordinaria…