Estos padres dejaron que sus hijos diseñaran su casa y esto es lo que ocurrió

El salón: un portal de colores

En el salón se desarrolla una vibrante aventura. Las paredes, antes beis, ahora rebosan de colores y pinturas, incluidos pájaros y montañas. Cada mirada revela nuevos detalles. En el suelo hay una colorida alfombra con cuadros de distintos tonos, que contribuye al espíritu lúdico de la habitación. Otra pared, que la familia llama cariñosamente el «Muro de la Fama», exhibe con orgullo los mejores dibujos y coloreados enmarcados de los niños, como si fueran obras de arte de valor incalculable.

En esta habitación hay un cómodo sofá gris adornado con cojines confeccionados con telas que los niños han recogido de sus aventuras. Cada pieza de patchwork, cosida por su madre, encierra recuerdos de viajes familiares, picnics y fiestas de cumpleaños, creando un mosaico vivo de momentos entrañables. ¿No es increíble?