Sencillo por fuera, mágico por dentro
Empecemos por el exterior de esta casa. La casa tiene un aspecto sorprendentemente ordinario, casi aburrido, que desmiente su vibrante secreto interior. Cuando la familia compró esta casa, pretendía ser una simple inversión, un bed and breakfast para viajeros en busca de una estancia pintoresca. Los padres, despreocupados por el resultado, dieron rienda suelta a sus hijos en el diseño interior. Fue una decisión tomada con sentido de la aventura y, tal vez, un poco de capricho. Al fin y al cabo, el plan era alquilarla, así que pensaron: «¿Por qué no dejar que los niños se diviertan con ella?».
Pero a medida que se desarrollaba la transformación, ocurrió algo inesperado. La casa, antes sencilla, se convirtió en una obra maestra de color e imaginación. Habitación por habitación, los diseños de los niños dieron vida a un hogar que era tanto una galería de creatividad como un espacio habitable. El resultado fue tan extraordinario que la familia tomó una decisión sorprendente: no podían desprenderse de esta maravilla recién descubierta. Abandonaron su plan original de alquilarla como pensión. En su lugar, decidieron convertir esta mágica creación en su hogar a tiempo completo, un lugar donde cada día es una aventura y cada habitación un tesoro de la imaginación de sus hijos.