El retrete – Un santuario caprichoso
En la casa de la familia, la zona del aseo brilla con un encanto propio. Las paredes están pintadas de rosa y naranja, creando un ambiente alegre y animado. En estas paredes vibrantes se exhibe una colección de obras de arte enmarcadas, cada una de ellas elaborada con cariño por los niños. Esta galería personal añade un toque conmovedor, ya que cada obra cuenta su propia historia y pone de relieve los estilos e intereses cambiantes de los niños.
En la pared que hay detrás del inodoro destaca una obra de arte de gran tamaño realizada en colaboración por los dos niños. Esta creación especial es el punto culminante de la habitación, ya que encarna la unidad y la creatividad de la familia. Transforma el espacio en algo más que un aseo: es un escaparate del amor familiar y la expresión artística.