Las bodas suelen estar llenas de alegría y risas, pero ésta estaba teñida de una tensión inconfundible. Todo el mundo la percibía, sobre todo cuando miraban a los padres de la novia. La madre de la novia, nerviosa, daba golpecitos con los pies, lo que aumentaba el malestar en la sala. Sin embargo, el comportamiento de su padre era aún más angustioso.
No hizo ningún esfuerzo por ocultar su decepción por el hecho de que su hija se casara con Kevin, que era hijo de un conserje. «¿Nuestra hermosa hija casándose con el hijo de un conserje?», suspiró, con evidente frustración. No dejaba de suspirar y de mirar el reloj, como para recalcar que consideraba que su presencia allí era una pérdida de tiempo.
Pero entonces, el ambiente cambió radicalmente cuando entró el conserje y dio un golpecito con su copa para brindar. La sala se sumió en un silencio sepulcral y todas las miradas se dirigieron hacia él. El cambio en el padre de la novia fue instantáneo; su rostro pasó de ser una máscara de preocupación a una de asombro absoluto. Mientras el conserje hablaba, el padre se quedó con la boca abierta, sus ojos se abrieron de par en par y, en ese momento, pareció arrepentirse y darse cuenta del peso de sus palabras…
Eloise, hija única, siempre había sido un poco mimada. Sus padres eran ricos y, como la mayoría de los padres, sólo deseaban lo mejor para sus hijos. Sin embargo, a veces parecían llevar las cosas demasiado lejos.
Su padre, especialmente estricto, siempre insistió en que sacara buenas notas durante su educación. Cuando empezó la universidad, fue muy claro: nada de citas hasta que obtuviera su título. Por aquel entonces, Eloise se limitaba a poner los ojos en blanco, pensando que su padre era demasiado protector. Nunca había planeado conocer a alguien especial, pero ahora que lo había hecho, se mordía los labios nerviosa, intentando averiguar cómo darles la noticia a sus padres.
La primera vez que Eloise se cruzó con Kevin, no se imaginaba que sería su futuro marido. Parecía más bien un flechazo de instituto, algo pasajero y no demasiado serio, un pequeño secreto que guardaría para sí misma. Sin embargo, con el paso del tiempo, sus sentimientos por Kevin aumentaron considerablemente.
Llegó a admirar su actitud tranquila y su firme determinación. Eloise estaba segura de que Kevin era el tipo de persona que la apoyaría y animaría a alcanzar sus sueños. Su vínculo, que pasó de la amistad al romance, la llenó de alegría, pero también de un sentimiento de culpa.