En la pared
George ya no pudo controlar su curiosidad y decidió romper un trozo del panel, que ya estaba suelto, de la pared. Había un agujero en el panel de yeso que ahora estaba expuesto. ¿Cómo llegó este agujero allí? No tenía ratones en la casa, ¿verdad?
Debido a que el agujero estaba cerca del suelo, George no pudo verlo bien. Incluso con su cámara de visión nocturna, había poco que ver, por lo que no había nada que hacer más que palpar para descubrir a dónde conducía este agujero. George hundió el brazo en la placa de yeso hasta el codo y palpó el interior con cuidado. Se sorprendió cuando sus dedos tocaron algo de repente.
«¿Qué es esto, Crosby?», le susurró George a su perro.