Abuelo moribundo da una lección a su nieta egoísta, que se negó a cuidarlo

Amor

«Gracias, abuelo», dijo, con la voz llena de emoción. «Gracias por todo. Te amo y estoy muy agradecida de tenerte en mi vida».

La sonrisa de su abuelo volvió y la abrazó con fuerza. «Yo también te amo, querida. Y siempre estaré contigo, guiándote y apoyándote en tu viaje. Eres fuerte, capaz y mereces todo lo que la vida tiene para ofrecer».