Enseñándole una lección
Su corazón dio un vuelco cuando vio a su abuelo de pie frente a ella, sonriendo. «Siento mucho haber tenido que mentirte, querida», dijo. «Estoy muy orgulloso de ti. Has aprendido mucho en las últimas semanas y puedo ver que estás lista para conquistar el mundo». Olivia se quedó sin palabras, las lágrimas corrían por su rostro. No podía creer lo que estaba viendo y escuchando, pero cuando miró a los ojos de su abuelo, supo que era realmente él. Él había fingido su propia muerte para darle una lección, y él la había estado observando en cada paso del camino.
A Olivia le daba vueltas la cabeza mientras trataba de encontrarle sentido a lo que estaba sucediendo. No podía creer que su abuelo, quien pensó que se había ido para siempre, estaba de pie justo frente a ella, vivo y sano. Estaba abrumada por las emociones: conmoción, incredulidad, alivio y alegría. Quería abrazarlo y nunca soltarlo, pero al mismo tiempo, estaba enfadada con él por mentirle y causarle tanto dolor.