Cambio
Olivia trabajó muy duro todos los días, haciendo lo que fuera necesario para ayudar a los necesitados. Ella clasificaba las donaciones, cocinaba comidas e incluso ayudaba con algunas reparaciones básicas en el centro. Hizo nuevos amigos y aprendió mucho sobre las dificultades que enfrentan muchas personas. Fue una experiencia humillante, pero también fue gratificante de una manera que ella nunca podría haber imaginado.
Con el paso de los días, la actitud de Olivia empezó a cambiar. Se volvió más paciente y comprensiva, y empezó a ver el mundo de una manera diferente. Olivia se dio cuenta de que su abuelo siempre había tenido razón: la clave de la felicidad no estaba en acumular riqueza, sino en ayudar a los demás. Estaba agradecida por la experiencia y sabía que se quedaría con ella por el resto de su vida.