Una carta manuscrita
Olivia miró rápidamente la carta, sus ojos revisaron la pulcra letra que reconoció como la de su abuelo. La carta estaba llena de consejos y acusaciones, pero al final hubo un giro inesperado.
«Mi querida Olivia», decía la carta. «Sé que eres una joven inteligente y capaz, pero también sé que siempre has tomado el camino fácil cuando se trata de lograr tus metas. Me entristece que no quisieras verme más y que te descuidaste en ese sucio departamentito tuyo. Solo venías a verme cuando necesitabas mi dinero y por eso he decidido ponerte las cosas un poco más difíciles. Para heredar mi fortuna, debes completar una serie de tareas que he seleccionado cuidadosamente. Estas tareas están destinadas a poner a prueba tu carácter, tu determinación y tu voluntad de trabajar duro por lo que quieres. No tengo ninguna duda de que estarás a la altura del desafío, y estoy seguro de que serás una mejor persona después de esto. Buena suerte, mi querida nieta. Te amo».