Asustada
Nancy contuvo el aliento. Los pies se movían lentamente por las escaleras, de manera desigual, como si la persona estuviera aprendiendo a caminar. O como si estuvieran borrachos. El olor la golpeó antes de que sus ojos se ajustaran al rostro frente a ella. Era quien ella esperaba, pero fue impactante, no obstante. Su hermano Kevin la miró en la oscuridad. De repente sintió que debería haber tomado algo, cualquier cosa, para defenderse. Si su hermano fue quien descuidó a su abuelo por despecho y celos, no sabía lo que él le haría a ella.
«Sabía que vendrías». La voz de Kevin sonaba fría y arrastraba las palabras. Nancy lo miró desafiante. No le dejaría ver lo asustada que estaba. «¿Sabías que me iba a dar cuenta de que eres el responsable, verdad?». Una mirada de confusión brilló en el rostro de Kevin. «¿Responsable?» preguntó. Nancy miró a su hermano. Parecía genuinamente sorprendido. Como si no supiera de qué estaba hablando. ¿Podría estar equivocada?
Pero ella nunca hubiera esperado escuchar lo que su hermano le dijo a continuación.