Los dos hombres se equiparon con algunos de los materiales más resistentes que pudieron encontrar, mientras que el primer valiente trabajador se unió a ellos para distraer a la serpiente si era necesario. Con los nervios de punta, los dos hombres tomaron la cola de la serpiente. Todos los demás trabajadores contuvieron la respiración, esperando que todo saliera según lo planeado… Algunos más se unieron para ayudar.