Paul llevaba cinco años trabajando en el Parque Nacional Kafue. Durante este tiempo, había visto muchas cosas. Su amor por la naturaleza y la vida silvestre lo motivaba a dar lo mejor de sí todos los días. Los otros guardabosques lo conocían por el cuidado personal y el afecto que mostraba a cada animal.
No les sorprendió que él fuera quien haría todo lo posible para salvar a este pobre cebra…