¡Uy!
«¡Patataaaa!», dijo Erik mientras presionaba el botón. La familia miró directamente a la cámara durante dos segundos con una sonrisa de oreja a oreja. La niña más pequeña se dio cuenta de que su padre había comenzado a grabar un video por accidente. La familia empezó a reírse a carcajadas.
«¡Venga, dispara!», gritó Erik cuando se dio cuenta de su error. Su hija, que estaba sentada en el medio del asiento trasero, se inclinó hacia adelante para ayudarlo, pero Erik mantuvo el teléfono fuera de su alcance y continuó filmando. La madre, Amber, no trató de ayudar y siguió riendo frente a la cámara. ¡No todo era tan divertido como parecía!
Entonces sucedió algo que los conmocionó a todos…