Abuela y nieto
Rowan tocó a su abuela en el hombro, haciéndola darse la vuelta. Cuando vio a su nieto, dejó escapar un grito ensordecedor. Luego empezó a reír y llorar al mismo tiempo. «¡Debería darte vergüenza, Rowan!», dijo ella. «¡Asustar así a tu pobre abuela!» Rowan sonreía de oreja a oreja dándole un gran abrazo.
Una vez que todos se recuperaron del impacto, la familia finalmente pudo comenzar a disfrutar de su tiempo juntos. No pasaría mucho tiempo antes de que Rowan fuera desplegado nuevamente. Y una vez que eso sucedió, no había forma de saber exactamente cuándo se volverían a ver. Rowan prometió una cosa: su próxima reunión no comenzaría con él en la parte trasera del auto.
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