Cuando Merrill llegó al refugio, pronto se reveló que tenía una peligrosa infección del tracto urinario. Tuvo que ser operada lo antes posible, de lo contrario la inflamación podría costarle la vida. Los voluntarios decidieron actuar con rapidez e inmediatamente llevaron a la perra al quirófano. Mientras Merrill estaba en la sala de operaciones, Taco pasó todo el tiempo inquieto.
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