Con el tiempo, la salud de Taco se estabilizó por completo y desapareció el riesgo de insuficiencia cardíaca. Pronto pudo volver a caminar y jugar felizmente. Sin embargo, había un inconveniente: por el resto de su vida tendría que tomar anticonvulsivos y esteroides para mantener fuertes sus pulmones.
¿Cómo está Taco ahora? ¡Sigue leyendo para descubrirlo!