Más músicos
Más y más músicos empezaron a aparecer. Violines, trompetas, tambores, parecía toda una orquesta. ¡Y lo era! Después de unos minutos, una orquesta completa estaba tocando la novena sinfonía de Beethoven: Oda a la alegría. ¿Quién hubiera esperado esto? Apareció un coro y comenzaron a cantar junto con la música y un director guio la orquesta.
Y todo esto empezó gracias a la moneda de Angélica…