La persona sin hogar
Cindy trabajaba como camarera en un restaurante y recorría la misma ruta para ir al trabajo todos los días. Durante un tiempo, siempre veía a una persona sin hogar sentada en el mismo lugar, cerca de su trabajo. Independientemente del clima, siempre se sentaba en el mismo lugar con una mirada solitaria.
Cindy pensó que el hombre siempre se veía muy solo. Aun así, al hombre no pareció importarle. Siempre estaba de buen humor y sonreía a todos los que pasaban. De hecho, nunca pidió ayuda ni dinero. Todo lo que quería era charlar. Cindy pensó que esto era admirable, pero también pensó que el hombre se estaba guardando sus verdaderos sentimientos.