Las imágenes encontradas de la cámara plantean dudas sobre si «El juego del calamar» se basó en escenas reale

El juego de la carrera

En la tercera imagen, varios hombres vestidos con chándales verdes corren por un amplio pasillo hacia un imponente muñeco infantil de rostro inquietante. La cabeza del muñeco mira hacia los hombres que corren hacia él, sin que se conozca su propósito. La frenética energía de los hombres sugiere que hay mucho en juego, como si un paso en falso pudiera acarrear graves consecuencias. Las sombras se extienden por la escena, reforzando la atmósfera ominosa que parece sacada directamente de una realidad retorcida.

Las literas

La siguiente foto está tomada en una habitación austera llena de literas metálicas apiladas a ambos lados. Todas las camas están adornadas con sábanas y almohadas uniformes e incoloras, sin dejar rastro de objetos personales. Las luces fluorescentes acentúan el ambiente sucio y clínico. Hay una abrumadora sensación de uniformidad: incontables filas que se extienden en la distancia sin un solo signo de individualidad. Uno casi puede imaginarse los susurros silenciosos y los corazones palpitantes de quienes se ven obligados a dormir aquí.

El juego del puente de cristal

La imagen final muestra a un participante solitario caminando precariamente por una serie de paneles de cristal transparente. Cada paso parece más peligroso que el anterior, ya que la silueta de una caída inferior es débilmente visible a través del suelo transparente. La tensión es casi tangible en la postura rígida del hombre. Cada movimiento parece calculado, como si el más mínimo resbalón fuera a suponer un desastre. La caída de la profundidad es desconocida, dejándonos adivinar si hay seguridad bajo el puente de cristal. Esta fotografía deja a los observadores divididos entre el asombro y el pavor, preguntándose si la supervivencia es siquiera posible.