«Gracias», susurró Vanessa mientras le entregaba el transportín a Samantha y le confiaba a Ollie. Se apresuró a entrar en la sala de reconocimiento, donde la Dra. Henderson y Juniper la esperaban. Pero algo no iba bien. Juniper estaba inquieta, maullaba e intentaba saltar de la mesa.
Mientras Vanessa observaba, Juniper, que había estado débil y aletargado durante meses, de repente pareció adquirir una explosión de energía. Forcejeó, desesperado por escapar. A Vanessa le dolía el corazón verlo así, sabiendo que su lucha estaba llegando a su fin.