A Vanessa se le llenaron los ojos de lágrimas al ver a los dos queridos gatos compartir un último abrazo. Siempre habían sido inseparables, pero ahora Juniper, el mayor de los dos, estaba frágil y enfermo, y había llegado el momento de dejarlo marchar.
El Dr. Henderson estaba de pie junto a Vanessa, su mirada se suavizaba al observar la conmovedora escena. «Siempre han estado muy unidos, pero nunca los había visto tan unidos», murmuró Vanessa, con la voz llena de emoción. Se secó los ojos, tratando de contener el torrente de dolor.
Cuando el veterinario se dispuso a administrar la última inyección, su mano vaciló. Algo no encajaba. Vanessa entrecerró los ojos al ver la escena que se desarrollaba ante ella. Sintió un escalofrío al darse cuenta. Algo iba mal y tenía que averiguarlo antes de que fuera demasiado tarde