Escondite
Justo en frente de la Capilla de San Jorge, la iglesia donde se llevó a cabo el funeral, se habían colocado dos pilares falsos, uno con una ventana transparente instalada en él. Esta era la posición única del fotógrafo. «Me sentí como si estuviera en una casita para pájaros», dijo Arthur Edwards. Según Edwards, este era el lugar más extraño en el que jamás había tomado una foto. Pero no solo este escondite escondido era especial.
Última vez
También tuvo que despedirse de su viejo amigo así. Edwards se sintió muy emocionado cuando el ataúd pasó junto a su pilar falso. «Fue la última vez que vi al hombre que había fotografiado durante 40 años. Estaba abrumado por los recuerdos de un hombre maravilloso».
Príncipe Carlos
El dolor de la familia real también conmovió mucho al fotógrafo. Según él, el príncipe Carlos, el hijo mayor del príncipe Felipe, parecía que iba a romper a llorar en cualquier momento. «Parecía que Carlos se pondría a llorar en cualquier momento. Se notaba que en ese momento se dio cuenta de que muchas tareas ahora iban a recaer sobre él, tanto en lo que respecta al cuidado de su madre como de la monarquía».
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Fuente: Nu.nl | Image: BrunoPress