18. Conexión silenciosa
Lo que sucedió después es increíble: sin decirse una palabra, el hombre y el cachorro sabían exactamente cómo ayudar al otro. Parecía como si los pescadores y los osos entendieran exactamente lo que necesitaban el uno del otro.
Los hombres solo tuvieron que extender los brazos para ayudar. Estaban a punto de comenzar el peligroso plan cuando de repente se les ocurrió una idea.