Un piloto de dron detecta algo extraño mientras sobrevuela un bosque tranquilo: lo que captó la cámara te quitará el sueño
A Jonathan se le aceleró el corazón cuando la cámara del dron enfocó el bosque. Entre las hojas y las ramas había algo que le heló la sangre. «No puede ser…», susurró.
Esta revelación lo cambió todo. ¿Estaba viendo realmente lo que creía? Esto definitivamente no pertenecía a los verdes y marrones apagados del bosque. Tenía que alertar a las autoridades inmediatamente. Con dedos temblorosos, Jonathan buscó a tientas su teléfono, con la mente en blanco. ¿Cómo podía algo tan pequeño desencadenar consecuencias tan devastadoras? Había vidas en juego.
Mientras Jonathan se esforzaba por marcar el 911, sus ojos permanecían pegados a la pantalla. Se esforzaba por comprender lo que estaba viendo medio oculto entre la maleza. «¿Cómo?», tartamudeó. Las alarmas se dispararon en su mente a medida que los detalles se registraban a través del shock. «Dónde…», ni siquiera podía terminar las frases y seguía tartamudeando. Lo único que sabía era que tenía que avisar a alguien antes de que fuera demasiado tarde. Jonathan sabía que el tiempo se agotaba. Agarrando el teléfono con más fuerza, conectó con el 911 y se preparó para describir el hallazgo que lo cambiaría todo…
Ayer mismo abría con impaciencia la caja que contenía su nuevo dron de última generación. Lo encargó por capricho, con la esperanza de que el caro artilugio le ayudara a relanzar su alicaída carrera periodística.
Desde que Jonathan fue despedido de la Charmouth Gazette, luchaba por reavivar su pasión por la información. La mayoría de sus propuestas eran rechazadas y los cheques de su trabajo como freelance apenas cubrían las facturas de la compra. Pero tenía un plan. Un plan que al principio parecía inocente, pero que le costó muchas noches de insomnio…
En una lluviosa mañana de primavera, todo se aclaró para Jonathan Ford. Se frotaba los ojos con cansancio mientras repasaba sus últimas propuestas de artículos. Todos habían sido rechazados por los editores a los que se había dirigido. Pero no sería así durante mucho más tiempo…
Su carrera periodística estaba estancada en una espiral descendente y necesitaba desesperadamente un avance. Desde que Jonathan perdió su empleo en la Charmouth Gazette, se las apañaba vendiendo artículos ocasionales como freelance, pero ya nada parecía captar el interés de los editores.