¡No creerás la impactante razón por la que esta foto destroza la felicidad de una pareja!
«¡Imposible!» jadeó John, con el corazón latiéndole como un tambor. La foto en la pantalla de su teléfono le devolvía la mirada, una traición que echaba por tierra años de felicidad compartida. Su mujer, su compañera de toda la vida, le había engañado. Atónito, se sintió atraído por la foto una vez más.
Cuando su avión aterrizó y vio la notificación de mensaje nuevo, se le iluminó la cara al ver que era de su mujer, Chloe. Sin embargo, su alegría duró poco y se desvaneció más rápido que un sol poniente.
Al abrir el mensaje, se encontró con una foto impresionante de ella. Su sonrisa, brillante y cálida; sus ojos, brillantes de alegría; su pelo, lustroso y radiante. De repente, una sacudida recorrió a John, haciendo que su corazón diera un vuelco. ¿Qué estaba viendo?
Esto no podía ser real. Sus propios ojos le estaban mostrando una verdad que le costaba procesar. Una verdad que no encajaba en su vida perfecta;
Le temblaban las manos al marcar el número de su abogado. Ahogando las lágrimas, pronunció las devastadoras palabras que nunca pensó que diría: «Por favor, prepare los papeles del divorcio…».
John y Chloe siempre habían sido una pareja perfecta. La idea de que surgiera algún problema entre ellos era inimaginable para John. Habían atravesado cinco años de matrimonio casi sin contratiempos hasta aquel impactante día…
Su relación era única. El trabajo de John le obligaba a viajar mucho, y a menudo dejaba a Chloe sola en casa durante semanas. Durante su ausencia, Chloe dedicaba su tiempo a ayudar en diversas organizaciones benéficas de la ciudad. Sin embargo, este arreglo significaba que a menudo tenían que pasar semanas separados.
John confiaba plenamente en Chloe y emprendía sus viajes de negocios sin la menor preocupación. Pero a medida que se desarrollaban los acontecimientos, se preguntaba si había sido demasiado confiado…
Naturalmente, se enfrentaron a sus propios retos. Por ejemplo, debido a que Chloe se quedaba sola en casa tan a menudo, era ella la que llevaba las riendas del hogar. Cuando John volvió a casa durante una semana, se encontró con que tenía que acatar las normas de Chloe.
Al principio, esta dinámica provocó tensiones. A John no le gustaba sentirse mandoneado, como si fuera un invitado en su propia casa. Chloe actuaba como si la casa fuera exclusivamente suya, cuando en realidad John había invertido la mayor parte de sus ingresos en la casa y Chloe había aportado una parte relativamente menor.
Sin embargo, con el tiempo, John fue aceptando mejor estas normas. Se acostumbró a la rutina doméstica y poco a poco fue aceptando la situación. Después de todo, se consideraba afortunado de tener una esposa tan hermosa con la que volver a casa. La calidez con la que lo recibía Cloe, el ambiente acogedor de su hogar y la visión de su esposa hacían que el breve período de reajuste pareciera menor en comparación. Así que, si esto no podía ser peor, no tenía nada de lo que quejarse, ¿verdad?