Lo que pasa en Disneylandia no se queda en Disneylandia – ¡No te vas a creer el número 19!
Prepárate para dar un vuelco a tu percepción del «Lugar más feliz del mundo». Todos hemos vivido esos momentos mágicos y perfectos en Disneylandia, pero agárrate bien a tus orejas de Mickey porque lo que estás a punto de ver te dejará totalmente atónito;
Desde percances con personajes que te dejarán boquiabierto hasta fenómenos inexplicables que te harán replantearte la realidad, estas alucinantes fotos capturan el lado inesperado y cándido de Disneylandia que rara vez sale a la luz. Estos secretos van mucho más allá de los cuentos de hadas y harán añicos lo que creías saber.
Agárrese bien a las orejas del ratón mientras nos sumergimos de cabeza en esta extravagancia visual. Prepárate para asombrarte, quedarte perplejo y, sí, incluso un poco sorprendido. Porque cuando llegues al número 19, digamos que tu percepción de Disneylandia cambiará para siempre. Bienvenido al lado chocante de Disneyland, donde la realidad es más extraña y divertida que la ficción.
¡Desafiando la caída con un blop!
Al caer en picado en una caída libre de infarto, la mayoría de nosotros estaríamos ocupados reevaluando nuestras opciones vitales o practicando nuestros mejores (y más sonoros) gritos. Esta chica no. En medio del caos gravitatorio, sopla despreocupadamente un globo de chicle, como si desafiara a la gravedad a un concurso de soplar burbujas;
¿Quién necesita la pose normal de «brazos en alto» cuando puedes darnos «brillo de chicle» a 30 metros? Algunos gritan, otros ríen y otros… simplemente hacen una gala de pompas de jabón. Felicidades a nuestro campeón del chicle en caída libre, que hace reír a la gravedad;
Un viaje lleno de baches
Se trata de chapotear con descaro sincronizado. Estas atrevidas jóvenes llevaron la experiencia de Splash Mountain a un nuevo nivel de audacia. Mientras el tobogán caía en picado, eran todo sonrisas para la cámara, pero, sorpresa, se levantaron las camisetas para revelar… bueno, no hace falta que te lo digamos, échale un vistazo.
No sólo eso, sino que también llevaban gafas de sol idénticas, dejando muy claro que se trataba de una maniobra premeditada. Aunque sus gafas a juego añadían un toque de extravagancia, no debemos pasar por alto las normas del parque y los jóvenes ojos que podrían haber sido objeto de este atrevido acto. Uno sólo puede imaginar la severa charla que probablemente recibieron del personal del parque después. Aunque la elección de sus gafas de sol plantea la eterna pregunta de «¿quién las llevaba mejor? Su escapada también plantea una pregunta más urgente: «¿Mereció la pena?