“Estás hablando con…”
David no tuvo que esforzarse demasiado. No se le ocurrió un plan demasiado complicado para conseguir el material. Simplemente llamó a algunas organizaciones y se hizo pasar por profesor de química. Escribió algunas cartas a algunos institutos, firmadas con un alias falso, y antes de darse cuenta había puesto sus manos sobre materiales radiactivos peligrosos.
Se puso en contacto con la Comisión Reguladora Nuclear (NRC), la Sociedad Nuclear Americana (ANS), el Instituto Eléctrico Edison y el Foro Industrial Atómico. Nadie cuestionó su identidad. Todos estaban felices de ayudar con su experimento de química que amenazaba su vida.
Esta no fue la única forma en que obtuvo los materiales peligrosos…