Mujer loca llorando
Ruth empezó a mirar por todas partes, pero el pánico se apoderó de ella. La multitud era cada vez más grande y Happy podría estar en cualquier parte. O tal vez alguien incluso se lo había llevado. Ruth nunca podría perdonarse a sí misma si sucediera algo así. Con la idea de perderlo, una pequeña lágrima cayó por su mejilla. Ruth no podía estar calmada y comenzó a gritar histérica su nombre. «Happy» gritaba, mientras revisaba por toda la multitud en busca de su perro.
Cuando vio que todas sus cabezas de repente miraban en su dirección, se dio cuenta de que debía ser un espectáculo divertido para la multitud. Debieron pensar que estaba loca: «Una anciana gritando Happy mientras lloraba». Pero a ella no le importaba en absoluto y no sentía vergüenza. Todo lo que importaba era encontrar a su perro y, con eso en mente, gritaba su nombre aún más fuerte. Gritaba su nombre hasta que le dolía la garganta y todo lo que producía era un chirrido estridente. Pero Ruth no se daba por vencida y seguía gritando hasta que de repente escuchó un suave ladrido.