El próximo paso
Después de todo ese arduo trabajo, Brigitte fue recompensada con una plaza en el Conservatorio de París. En esta escuela de ballet de fama mundial, pudo perfeccionar sus habilidades. Fue instruida por el coreógrafo ruso Boris Knyazev durante tres años. Según sus compañeras bailarinas, se movía tan ágilmente como una bichette, que también se convirtió en su apodo.