5. Limpieza
No es la tarea más divertida, pero es necesaria: limpiar tu colchón. Lo debes hacer al menos dos veces al año. Retira toda la ropa de cama y aspira bien el colchón para deshacerte de todo el polvo y el cabello. Concéntrate especialmente en los bordes y las costuras porque allí queda mucha suciedad y ácaros. Espolvorea un poco de bicarbonato de sodio en el colchón y déjalo allí un poco antes de pasarle la aspiradora. De esa forma, todo volverá a estar fresco y olerá bien. Puedes encontrar más consejos sobre cómo limpiar colchones aquí.
6. Soporte
La razón más importante detrás de las hendiduras de los colchones es un soporte de madera incorrecto o roto. Por eso siempre debes comprobar si los soportes están intactos cuando giras tu colchón (consulta el consejo número 1). Si tu colchón no está suficientemente apoyado, comenzará a caerse mucho más rápidamente y eso puede provocar quejas en el cuello y la espalda.
7. Ventilar
Otra parte importante del cuidado del colchón: ventilarlo. Cuando estés lavando la ropa de cama, es mejor dejar que el colchón se ventile ese mismo día. Quita todas las sábanas de la cama y luego déjalo sin cubrir durante todo el día para que se pueda ventilar.
8. Manchas
Desafortunadamente, ocurre fácilmente: tu hijo tiene un pequeño «accidente», tú tomas una taza de té en la cama y se derrama algo o experimentas algún tipo de malestar corporal como la gripe estomacal. Es muy importante tratar las manchas lo más rápido posible quitando las sábanas y limpiando la humedad con un paño. Usa un producto de limpieza o bicarbonato de sodio para eliminar la mancha y su olor. Deja que se seque totalmente antes de poner sábanas limpias en la cama. Si tienes prisa, puedes usar un secador de cabello para esto. Si no tratas la mancha y la dejas secar, probablemente no podrás eliminarla nuevamente después.
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Fuente: The Spruce | Imagen: Pixabay