Por eso sigues corriendo al baño
Tal vez hayas notado esto antes, o tal vez esto sea una revelación para ti; cuando hace frío afuera, tenemos que orinar más a menudo. Entonces, ¿cuál es el motivo de nuestras visitas al baño más frecuentes en invierno?
Vasos sanguíneos
Aunque los científicos no han decidido una explicación final, una de las opciones tiene algo que ver con los vasos sanguíneos. Cuando hace frío, los vasos sanguíneos se estrechan. Y por supuesto, cuando algo se estrecha, habrá menos espacio dentro. Lo que significa que tu sangre no tiene suficiente espacio para fluir libremente. Tus riñones trabajarán duro para sacar el agua de tu sangre, permitiendo que la sangre se mueva a través de tus vasos sanguíneos estrechos. Pero esa agua también tiene que ir a alguna parte. Entonces el agua será transferida a tu vejiga. Y ahí provocará que te entren esas ganas irresistibles de orinar.
Vejiga
Cuando tienes una vejiga sensible, ya experimentarás la necesidad de orinar con más frecuencia. En invierno, cuando hace frío, tu vejiga se apretará un poco más debido a la temperatura exterior. Esto dará como resultado una sensación aún más frecuente de vejiga llena y, con eso, una necesidad imperiosa de orinar más frecuente. Esto es especialmente cierto para las mujeres menopáusicas.
Señales mezcladas
Otra posible solución es proporcionada por investigadores de Bélgica. Afirman que hay pequeños receptores en nuestra piel que realizan un seguimiento de la temperatura que nos rodea. Siempre que se sienta frío, le harán saber a nuestro cerebro que hace frío, provocando que experimentes una sensación de frío. Pero investigaciones recientes han encontrado que estos rastreadores de temperatura también juegan un papel en las señales que nos dicen cuándo nuestra vejiga está llena. A veces, estos dos mensajes (frío y vejiga llena) se mezclan, lo que hace que corramos al baño para orinar cuando en realidad solo sentimos frío.
Todas las teorías aún tienen que investigarse más, pero si ya tenías sospechas de que el frío era responsable de tus hábitos de orinar, ¡podrías tener razón!
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