Las uñas débiles y quebradizas pueden ser frustrantes, pero no siempre son un signo de enfermedad. Aunque pueden ser el resultado de un lavado de manos excesivo o de tratamientos para las uñas, también pueden indicar problemas de tiroides o anemia. A veces, la respuesta es tan simple como el envejecimiento o el desequilibrio de nutrientes.
Las uñas finas y ásperas también pueden ser señal de afecciones como deficiencia de hierro o problemas metabólicos. Sin embargo, vale la pena señalar que las uñas delgadas pueden ser simplemente un signo de desgaste. Están expuestas a todo, desde jabones hasta cambios climáticos, y envejecen con gracia, como el resto de nosotros.
También está el desmoronamiento o separación de las uñas, a veces relacionado con la psoriasis ungueal. Esta afección puede ser molesta e incluso dolorosa. Curiosamente, la psoriasis ungueal puede ser un factor de riesgo independiente de la artritis psoriásica, por lo que prestar atención a estos cambios podría prevenir futuros problemas articulares. Pase a la página siguiente para saber cuándo buscar ayuda.