La mayoría de la gente piensa en gatos, perros o incluso loros cuando se imagina una mascota doméstica. Pero, ¿y si su compañero fuera algo mucho más grande, salvaje e inesperado? ¿Te imaginas tener un oso pardo en el salón de tu casa?
En una pequeña casa de madera rodeada de bosques interminables, la abuelita Rose comparte su vida con un compañero extraordinario: un oso pardo llamado Bruno. A primera vista, su vínculo puede parecer imposible, pero su historia no deja de ser conmovedora.
La convivencia con un gran animal ha obligado a Rose a hacer algunos ajustes en su casa, ¡descúbrelos en la página siguiente!