Era una tranquila mañana de sábado en los suburbios. Apenas había salido el sol y la mayoría de la gente aún estaba desayunando. De repente, un grito estridente retumbó en el aire. El sonido fue tan fuerte que varios vecinos se precipitaron hacia sus ventanas, preguntándose qué estaba pasando.
No podían creerlo. En lo alto del barrio, un águila sobrevolaba la zona con las alas desplegadas y la mirada fija en un pequeño patio. En un instante, el ave se precipitó hacia el suelo con las garras extendidas. Antes de que nadie pudiera reaccionar, el águila había agarrado a un pequeño cachorro del patio, levantándolo por los aires sin esfuerzo. Parecía sacado de un documental de naturaleza, pero era real.
El cachorro, que pertenecía a la joven pareja Harrison, estaba descansando en el jardín trasero, completamente ajeno al peligro. Los vecinos observaron estupefactos cómo el águila volaba hacia el cielo, llevándose al cachorro. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Por qué iba un águila a robar un cachorro a plena luz del día?