Sin embargo, el lobo, sin conocer a James, actuó según sus instintos y empezó a correr hacia él. Al darse cuenta del peligro en un instante, Tina se puso rápidamente delante de James, dispuesta a protegerle del ataque del lobo. Milagrosamente, el lobo detuvo su carga justo antes de alcanzarles, evitando un enfrentamiento en el último momento.
La repentina intervención de Tina, unida al visible alivio en su rostro, pareció comunicar al lobo que James no era una amenaza, sino un aliado potencial. Con un sutil cambio de postura, el lobo se dio la vuelta, sugiriendo que tanto Tina como James debían seguir su ejemplo.