Un lobo irrumpe en el hospital: una enfermera llora al ver lo que lleva en la boca

La voz de Peter se mantuvo firme y tranquila mientras le daba instrucciones sobre el manejo de la cuerda. Ella se concentró en controlar sus propios nervios y agarró la cuerda con fuerza, decidida a no defraudarle. Mientras se concentraba en su tarea, un tranquilo pensamiento cruzó su mente: «Debo confiar en mí misma tanto como él confía en mí»

Peter desapareció rápidamente en la oscuridad. Katie lo observaba, con el corazón latiéndole más deprisa a cada centímetro que descendía. El pozo era profundo y sombrío, y lo único que oía era el eco de los cuidadosos movimientos de Peter. Tenía las manos sudorosas, aferradas a la cuerda que la unía a Peter en la oscuridad.