Un lobo irrumpe en el hospital: una enfermera llora al ver lo que lleva en la boca

Justo en ese momento de tensión, la puerta de la habitación se abrió de golpe y entraron corriendo unos agentes de policía, con sus pasos sonoros contra el duro suelo. Recorrieron la sala rápidamente, con la mirada alerta y concentrada, asegurándose de que nadie estuviera en peligro inmediato. «Por favor, que todo el mundo mantenga la calma», anunció un agente, con voz autoritaria pero tranquilizadora, rompiendo la tensión que se respiraba en el ambiente.

Katie, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho, dio un paso al frente. «Por favor, mantengan las distancias», suplicó, con voz firme pero cargada de urgencia. Señaló al lobo y a su acompañante, indicando lo delicado de la situación. Justo cuando Katie estaba negociando con los policías, ocurrió algo totalmente inesperado..