Momentos salvajes en un aeropuerto grabados por una cámara

Aunque el etiquetado puede ser contundente, hay que admitir que cumple su cometido con cierta honestidad humorística. Si te toca una de las categorías menos favorecedoras, no te ofendas. Con toda seriedad, es de agradecer que reserven asientos para quienes realmente los necesitan. Pero, ¿realmente necesitaban asar tanto a los pasajeros?

Nos lo imaginamos viendo con orgullo a su doble en el carrusel, guiñando un ojo entre las anodinas maletas. Nunca más tendrá que jugar al miserable juego de etiquetar maletas. Puede que otros pasajeros se queden perplejos ante su maleta con selfie, pero él sabe el valor de esta visión.