Su ilusión óptica provocó las miradas sorprendidas de los demás pasajeros, dejándoles con la boca abierta gracias a la almohada estratégicamente colocada. Lo más asombroso es lo bien que la almohada combina con su tono de piel. Nos preguntamos si se trata de un inocente error de colocación o de una broma deliberada
Con uno de ellos sentado en posición vertical y el otro echándose la siesta en su regazo, estos dos tortolitos convirtieron sus cuerpos conectados en la estación de sueño definitiva. Probablemente sorprendieron a algunos espectadores con su cariñosa muestra de siesta en público. Esperemos que alguien despertara a estos dos pretzels humanos antes de que despegara su vuelo