Parece que este palo se facturó accidentalmente gracias a las astucias caninas en el aeropuerto Nos imaginamos a un amigo peludo y juguetón cogiendo su preciado palo y añadiéndolo disimuladamente al montón de la maleta. Nos preguntamos si el sorprendido pasajero se molestó siquiera en coger el palo, o si sigue dando vueltas sin cesar, esperando a su dueño canino
Imagínate a mamá y papá abriéndose paso entre las llegadas con una sonrisa en la cara, sólo para ser recibidos con esa sorprendente actualización del estado de los cereales. Demasiado para una cálida bienvenida Aunque hay que admitir que la tonta sinceridad del cartel resume la vida con niños.