Un piloto ve a su mujer en el avión, pero se da cuenta de un detalle desconcertante

Sarah estaba fascinada y le llamaba la atención lo mucho que se parecía a Elise. Mientras escuchaba, Jack notó que el sentimiento de pertenencia de Sarah crecía. Este reencuentro estaba sanando una brecha en los corazones de todos. Aquella sentida cena marcó un nuevo comienzo para ellos. Sarah empezó a visitar a la Sra. Peterson con regularidad, rellenando los años que se habían perdido. Jack también encontró una conexión con Sarah a través de los recuerdos que compartía sobre su amor y su hermana Elise. Se sintió reconfortado al ver rasgos de su difunta esposa en su hermana.

La pérdida de Elise había dejado un profundo vacío, pero el regreso de Sarah les ayudó a sanar. La Sra. Peterson estaba encantada de reencontrarse con la hija que una vez creyó perdida. La presencia de Sarah fue una bendición; hizo que su familia volviera a estar completa. Aunque el camino hasta allí había estado lleno de dolor, Jack se dio cuenta de que este reencuentro estaba predestinado. Sus vidas estaban íntimamente ligadas y ahora podían seguir adelante juntos.