Un piloto ve a su mujer en el avión, pero se da cuenta de un detalle desconcertante

Pasó una semana tensa sin respuesta. Pero entonces llegó un correo electrónico de Sarah. Reveló que era adoptada y que siempre se había preguntado por su familia biológica. Estaba dispuesta a conocerla. Jack llamó rápidamente a la Sra. Peterson para compartir la emocionante noticia. Acordaron invitar a Sarah a cenar a casa de la Sra. Peterson.

Finalmente, llegó la mañana de la cena de reencuentro. Jack llegó temprano a casa de la Sra. Peterson para ayudar con los preparativos. La Sra. Peterson era un torbellino de energía nerviosa, ajustando cojines, reorganizando álbumes de fotos y prestando atención a cada detalle. Jack ayudó a preparar una serie de aperitivos y tentempiés para la llegada de Sarah. Podía sentir la ansiedad de la Sra. Peterson. «Todo va a salir bien», la tranquilizó Jack, dándole un apretón reconfortante en la mano.